El Diedro Farreny, según la reseña, parece una vía asequible, pero lo es si escalas bien, mucho cuidadín si se va justo de grado.
Se trata de una escalada que, no siendo de gran dificultad, resulta bastante exigente, tanto técnica como físicamente.
Ojo con las chapas, la vía está algo equipada, pero sólo algo. Hay que currárselo.
Material: 10 cintas(varias cintas largas), juego de fisureros, friends pequeños #3 de camalot.
La primera reu la hemos saltado y hemos montado directamente en la savina de la segunda reunión.
El primer largo (30 mts.) no es muy difícil, pero es muy descompuesto, en esta roca tenemos que controlar bastante y hay que tener mucho cuidado.
El segundo (20 mts.) empieza hacia la izquierda con un paso en desplome bastante «divertido», con poco para los pies (en la reseña, cuarto + JAJAJA) luego ya es menos difícil, pero sin despistarse.
El tercer largo (40 mts.) y nuestra primera reunión es de lo más duro de la vía pero un ¡diedro perfecto!. Tiene una medio bavaresa, un empotramiento de pie y brazo, una chimenea herbosa…
El cuarto largo, nuestra segunda reunión, es la considerada más difícil. Es larga (unos sesenta metros, ya que la hacemos de tirón hasta el final) y exigente. Además, ya se lleva el cansancio acumulado. Nada más salir hacemos una travesia (con roca bastante lavada) hacia la derecha y sólo superarlo empezamos la chimenea. Pasamos de largo una savina seca en la que hay una reunión que no montamos. Después de la chimenea ya el terreno se vuelve más fácil (algún paso atlético) y seguimos hasta la cima de la Roca Alta.
Para volver al coche hay que llegar a la parte más alta de la Roca y seguir un camino evidente marcado con hitos que nos bajarán de la montaña.