Aunque nunca hayamos notado sus efectos realmente, todos conocemos los efectos teóricos que supone subir a cierta altitud, sin embargo, nunca nos podremos hacer la idea a no ser que lo experimentemos y vivenciemos, eso es exactamente lo que van a hacer Cristóbal, Daniel y Jairo durante este mes en uno de los lugares más espectaculares del mundo.
En este apartado del blog vamos a aclarar ciertos conceptos sobre la altitud y sus efectos, así como unos consejos y precauciones a la hora de adaptarnos y aclimatarnos.
¿Qué significa encontrarse en altura?
Principalmente se trata de ejercitarse o poner a prueba al cuerpo en condiciones que presentan una disminución de la presión parcial de oxígeno en el medio ambiente, esto conlleva una disminución del número de moléculas de oxígeno disponibles para el funcionamiento celular (Hipoxia). Gracias a este entorno poco habitual, el organismo pone en marcha una serie de mecanismos fisiológicos que tratan de asegurar una oxigenación celular normal o, al menos, compatible con una vida normal.
Además de esta característica principal, tiene muchos más efectos sobre el organismo del ser humano, incluso aspectos aún desconocidos y por investigar.
Pero ¿De qué altitudes y falta de oxígeno estamos hablando?
La medicina de montaña reconoce tres regiones que reflejan el decrecimiento en la cantidad de oxígeno en la atmósfera:
- Gran altitud = 1500 – 3500 metros
- Muy alta altitud = 3500 – 5500 metros
- Extrema altitud = por encima de 5500 metros
En el ámbito del montañismo, existe una última altitud denominada la «zona de la muerte», es la región ubicada por encima de una altitud en la cual la presión parcial del oxígeno no es suficiente para mantener la vida humana. En ella ningún cuerpo humano puede aclimatarse ya que el organismo consume su abastecimiento de oxígeno más rápido de lo que lo puede reemplazar. Queda emplazada entre los 7500 – 8000m.
Tabla 1. Relación metros de altitud y Oxígeno inspirado en %.
¿Efectos de la altitud?
Como podemos observar en la tabla 1, el % de O2 inspirado a 5000m, la altitud del campamento base del Monte Everest, es solo la mitad que a nivel del mar, y solo un tercio a 8848 m, en la cumbre del Monte Everest.
Viajar a estas regiones de grandes altitudes puede significar problemas médicos, desde pequeños síntomas de mal de montaña, al edema pulmonar de altitud y edema cerebral de altitud. A más alta altitud, más alto es el riesgo.
Está demostrado que por encima de 7500m, dormir se vuelve dificultoso, y digerir la comida casi imposible, y el riesgo de edemas se incrementan enormemente.
La adaptación o aclimatación a la altitud
En la fase inicial, se produce una exposición aguda a la hipoxia que provoca en el organismo una serie de reacciones ventilatorias y circulatorias: hiperventilación (aumento de la frecuencia respiratoria) y taquicardia (aumento de la frecuencia cardíaca).
Estas reacciones son beneficiosas, ya que permiten aumentar la cantidad de oxígeno aportado en cada momento a las células. Sin embargo, estas sobrecargas de trabajo del pulmón y del corazón tienen contraindicaciones.
Si la exposición a la hipoxia se prolonga más de unas horas, el organismo pone en marcha una serie de mecanismos de adaptación más económicos que progresivamente tomarán el relevo a la hiperventilación y la taquicardia.
Estos mecanismos sólo actuarán eficazmente si la exposición a la altura es progresiva y lo suficientemente prolongada.
El fenómeno más importante es la aparición de una poliglobulia que va a aumentar la capacidad de transporte de oxígeno por la sangre. El aumento del hematocrito (% de glóbulos rojos en sangre) se hace perceptible a partir de 8 a 10 días en altura. El hematocrito puede incrementarse hasta cifras del 50 al 60 % cuando se permanece varias semanas por encima de 4500 metros.
Pero ¿Cómo adaptarse correctamente?
Cuatro factores esenciales determinan la aparición del mal de altura:
- Velocidad de ascensión
- Altitud alcanzada
- Duración de la estancia
- Susceptibilidad individual
Reglas y consejos a seguir:
- No ascender demasiado rápido a una altura excesiva:
Esta regla es particularmente eficaz al principio de la estancia, cuando todavía no se ha completado la aclimatación: como media, menos de 500 metros por noche, a partir de los 3500 metros.
- Ejemplo:
1ª noche a 3500 metros, 2ª a 4000 metros, 3ª a 4300 metros…
El ascenso en «dientes de sierra» puede favorecer la aclimatación, a condición de que no se acompañe de un esfuerzo excesivo: en el ejemplo, entre la 1ª y la 2ª noche se podría pasar un collado de 4500 metros y luego bajar a dormir a 4000 metros.
- Ascender lo suficiente para aclimatarse:
El organismo tiene necesidad de alturas suficientes para estimular correctamente sus mecanismos de defensa contra la falta de oxígeno. De esta manera, una estancia prolongada de aclimatación a 4300 metros, para atacar una cima de 8000 metros, no será nada favorable para llegar en condiciones óptimas.
- No permanecer mucho tiempo a altitudes extremas:
El organismo se degrada (pérdida de peso) de manera inevitable a altitudes superiores a 5500 metros, y más aún cuando se permanece, se duerme, o se efectúan esfuerzos intensos a dicha altura.
Conclusiones
Cada cual ha de adaptar su esfuerzo a su propia aclimatación: ausencia de dolor de cabeza, buen apetito y buen sueño. No hay que fiarse de la euforia al llegar a la alta montaña.
- No ascender demasiado deprisa a alturas extremas, no más de 500 metros por noche por encima de 3500 metros.
- Ascender lo suficientemente alto para aclimatarse.
- No permanecer mucho tiempo a alturas extremas.
La velocidad y la calidad de la adaptación varían según cada individuo. No dependen ni del entrenamiento previo, ni del número de veces que se ha permanecido anteriormente en alta montaña. Se deben a factores congénitos.
Consejos para desarrollar actividades en altura
- Control médico previo, con guías de actuación preventivas
- Moverse con cuidado y no hacer trabajos intensivos los tres primeros días
- Alimentarse con regularidad y moderación con una dieta rica en carbohidratos
- Hidratarse constantemente
- Desarrollar la actividad a baja intensidad con pausas prolongadas
Fuentes Bibliográficas
- West JB, Schoene RB, Milledge JS, High Altitude Medicine and Physiology. 4th ed. London-Great Britain: Hodder Arnold; 2007.
- SALUD Y ALTITUD, folleto publicado por A.R.PE. (Association pour la Recherche en Physiologie de l’Enviroment), Fédération Française de la Montagne et de l’Escalade y Sandoz France, traducción y adaptación del Comité de Medicina y Socorro en Montaña de la F.A.M. 1995
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