Nuestros amigos Cristobal Cuello junto a Juan Gómez Caballero e Iván Reguera nos relatan su descenso del Cervino.
Son las 14 h. y después de hacer alguna foto de cumbre no muy buena nos decidimos a bajar. La opción elegida es bajar por la Horli, ya que en teoría es más fácil y menos expuesta.
En el primer Rápel nos juntamos con una cordada de dos alemanes, con los que decidimos juntar cuerdas para el descenso, y con un italiano que subió sólo, y claro le venía bien meterse en el equipo para los rápeles, por lo que desde la cumbre hicimos equipo tres españoles, dos alemanes y un italiano. Equipo que permanecería unido hasta Horli.
El tramo desde la cumbre hasta el Refugio de emergencia de Solway, tenía bastante nieve y tramos de hielo, por lo que decidimos hacer bastantes rapeles, rapeles que no cundían al ser seis los que teníamos que bajar. Tan poco cundieron que a las 21:00 h. llegamos al refugio de Solway, que menos mal que es para emergencias, puesto que estaba lleno de caraduras que pasan de hacer noche en Horli, con lo que nos tocó dormir sentados en un rincón observando como dormían de bien los que disponían de cama, es lo que hay.
Al día siguiente sobre las 07:30 h. y tras desayunar un trozo de barrita, continuamos con el descenso, observando cada vez más cerca y con unas ganas terribles de llegar el refugio de Horli.El descenso se va alternando entre algún rapel, destrepes y algún que otro embarque, subsanado por la gran cantidad de gente que frecuenta esta vía y la que sin querer te lleva al itinerario principal.
Total que a las 11:30 h. llegamos al tan merecido refugio Horli en tierras suizas tomándonos el correspondiente trago.
En este punto el equipo internacional que habíamos hecho se disolvió, quedando los españoles e italiano para continuar con el pateo hasta Cervinia, y menudo pateo tras casi doce horas de actividad llegamos a Cervinia, nuestro punto de partida.
Vaya tres días de actividad, ya solo nos queda reponer fuerzas y poco mas, ya que por días y mal tiempo no podremos hacer ninguna otra actividad.
La Peuterey tendrá que esperar.