Antes de comenzar mi “chapa” querría agradecer a los creadores de este blog,“ENTRE RIMAYAS” , la confianza y oportunidad que me han brindado de poder escribir un pequeño artículo contando un poquito de mi vida deportiva personal y mi visión del “nuevo mundo” del corredor popular.
Es enormemente elogiable que haya personas que quieran fomentar el deporte y dar altavoz a las pequeñas historias personales de gente de nuestra zona que nunca ganarán nada y hacen las cosas sólo por sentirse bien y por una plena y extraña satisfacción interior.
¡Gracias amigos!
Últimamente me siento un poco “abrumado” y halagado cuando se me acerca algún nuevo corredor/a pidiéndome consejo para entrenar, preparar o correr una de las innumerables pruebas populares que se disputan fin de semana tras fin de semana por cualquier lugar.
Imagino, que tras tantos años corriendo “carreretas” y sobretodo, “mostrándolas”, para bien o para mal a través de mi blog (“¿Correr es de Cobardes?”) uno se ha hecho un poco conocido o “popular” en el entorno y lo que no tiene ningún mérito especial para mí, se hace interesante para los ojos de quien acaba de acercarse a este mundillo.
La verdad, es que cuando se produce una situación así, interiormente lo agradezco, porque significa que lo que he hecho hasta ahora ha merecido la atención de alguien y quizás incluso haya servido para que más de un@ se haya calzado, por primera vez, las zapatillas para intentar comprobar que esas sensaciones y experiencias que trato de narrar, a veces con mucha pasión, se acercan a la realidad.
Si así ha sido, en algún caso, me doy por más que satisfecho.
Pero, tengo que dejar claras varias cosas en “mi contra”.
Yo, no soy atleta, yo, no entreno, y aunque pueda parecer mentira, yo no soy un “buen ejemplo” a seguir.
Atletas son aquellos que siguen un plan de entrenamiento específico, que hacen series, cuestas, fartlek, gimnasio, estiran bien, cuidan la alimentación, saben descansar y saben dosificar sus temporadas por objetivos concretos, no corriendo por impulsos o por “vicio” como yo.
Atletas son aquellos que se han pegado durante muchos años, infinitas horas en unas pistas de atletismo (esas, que después de once años, seguimos sin tener en Barbastro), saltando, lanzando, corriendo, dirigidos por entrenadores titulados que los guían física y mentalmente y que hacen de esa pasión una forma de vida.
Esos, son ATLETAS de verdad, y les tengo un respeto y admiración enorme…yo, no lo soy.
Sólo soy un tardío corredor popular más que ha corrido con más ilusión que cabeza muchísimas carreras desde que a los 23 años empecé a salir a trotar con regularidad, más por salud y por sentirme bien físicamente que por ninguna pretensión deportiva.
Cuando ya llevaba varios meses “comiendo” kilómetros, junto a mi compañero y amigo Iván, y ya nos encontrábamos un poco más “sueltos” se nos cruzó en el camino una “locura”, un reto, entonces, enorme para nosotros…correr una Media Maratón.
El día y lugar elegido fue un 1 de abril del año 2001, en Sabiñánigo…y pese a las dudas, miedos y sobretodo, el enorme respeto con el que nos presentamos en la línea de salida, la acabamos muy dignamente y lo que es mejor, muy emocionados.
En cuanto crucé aquella línea de meta supe que me había enganchado y enamorado de esto y quería…necesitaba, volver a sentir en mi cuerpo y en mi mente esa mezcla de esfuerzo, sufrimiento y emoción que había tenido en aquella primera experiencia y que hasta ese momento no había sentido con ninguna otra actividad realizada en mi vida.
A partir de ahí, y como decía antes, con más corazón y pasión que cabeza inicié una “trayectoria deportiva” de más de 15 años (hasta ahora), que me ha llevado a cruzar la meta de más de 200 carreras de todo tipo, destacando, porque son las que más me gustan, las 106 medias maratones y 11 maratones que llevo en la actualidad.
Hasta aquí podría ser algo parecido a mi “tarjeta de presentación” pero lo que de verdad quería transmitir humildemente desde este blog “Entre Rimayas”, es mi visión personal de esta nueva “moda” de correr y algunos consejos, aunque ya sabéis ese refrán que dice, “consejos doy que para mí no tengo” …pues eso.
Hace no muchos años, estoy hablando de diez tan sólo, por ejemplo, ver a alguien en mallas o de corto (depende de la época del año) corriendo por las calles era visto como un bicho raro, incluso los más cercanos te decían, “¡para qué corres, con lo aburrido que es!”, o el manido “¡Correr es de cobardes!”.
Poco a poco y sin saber muy bien en qué momento y porqué motivo, esto del “correr” (no me gusta utilizar anglicismos) empezó a crecer y crecer hasta llegar a convertirse en el deporte de “moda” que es hoy.
Los pantalones cortos en verano (muchos de fútbol), los pantalones de chándal en invierno, las camisetas mayormente de algodón, las zapatillas de deporte (quizás y habitualmente las únicas que tenías en casa y que bien servían tanto para correr como para jugar al tenis), el reloj “Casio” con cronómetro y los circuitos con metraje aproximado, todo eso pasó a la historia para convertirse a día de hoy en, vistosas y coloridas ropas técnicas que transpiran el sudor dejándote el cuerpo totalmente seco, espectaculares cortavientos, varios pares de zapatillas (según la pisada…pronador, supinador, neutro, según el tipo de terreno que pisemos, asfalto, trail….mixtas), imprescindibles geles y barritas energéticas, sofisticados relojes con GPS que te dicen la distancia que has corrido con precisión, el tiempo medio, el total, la altitud, las pulsaciones….y a los que sólo les falta prepararte la cena cuando llegues a casa.
Ves a muchos de los “nuevos llegados” a este mundo el tiempo que tardan en comenzar a correr, ya que antes que nada deben ajustarse el brazalete en el brazo para llevar el móvil en el que tienen descargado un programa que les van “cantando” los ritmos medios poco menos que a cada cien metros y en el que también llevan descargada la música idónea para cada sesión de entrenamiento, sin eso…algun@s, serían incapaces de empezar.
Y eso, que sigo pensando que este es el deporte más barato y más cómodo de practicar, ya que, el equipamiento mínimo es muy básico (aunque ahí ya lo que cada uno se quiera dejar “engañar”) y sobretodo, te da la opción de practicarlo en cualquier lugar y terreno del mundo sin necesidad de tener que ir a un centro deportivo ni utilizar ningún tipo de complemento (léase como tal, una bicicleta, una pelota, una raqueta…etc).
Las carreras populares de todo tipo se han multiplicado de una manera tal que en un mismo fin de semana pueden coincidir hasta 4 o 5 en una misma provincia (y eso, en una provincia como la nuestra, por ejemplo, es una barbaridad).
Y también, al calor de este “boom” han surgido multitud de empresas que han visto en este nuevo perfil de corredor un filón para hacer negocio…no lo reprocho, es lícito, pero ese romanticismo y cariño de las carreras organizadas por gentes, asociaciones y clubes a las que les gusta y lo viven de una manera especial, desgraciadamente se está perdiendo.
Se está produciendo tal saturación de carreras que muchas acabarán abocadas a su desaparición por no poder “competir” con otras más fuertes que surjan a su alrededor.
Por ello, estas carreras, las de siempre, con sus responsables a la cabeza deben armarse de enormes dosis de ilusión, tenacidad y mano izquierda para dar valor e impronta a los hechos diferenciales de sus pruebas…su antigüedad, su historia, su territorio, sus horarios, sus actividades paralelas, sus detalles, su ambiente en las calles….
Todo ello para intentar hacer de “tú” carrera algo especial y diferente que es lo que atrae al corredor foráneo y lo que al final va a hacer inclinar la balanza a un lado u otro a la hora de elegir una prueba donde inscribirse.
Para “rendirse” y hacer lo “normal”, fácil y habitual ya hay demasiadas donde elegir.
Todo esto es mi visión de cómo ha cambiado el perfil de corredor y de las carreras en estos últimos años, unas cosas en negativo, pero la mayor parte en positivo.
Y entre lo más positivo, por no decir lo más, destaco el ver a tantísima gente corriendo…de todas las edades y a todas horas, y especialmente el altísimo porcentaje de mujeres que han perdido el miedo y la vergüenza y han salido en masa a correr.
Personas. muchas de ellas, que no habían practicado deporte desde la época escolar, que llevaban vidas sedentarias, fumadores, en muchos casos, y que veían en esto de calzarse unas zapatillas y comenzar a trotar un aburrido muro imposible de escalar.
Dichas estas” bondades”, sí que querría dejar mi opinión, totalmente personal, respecto a la “falta de respeto” que últimamente se tiene a la hora de inscribirse a pruebas que tienen un alto nivel de exigencia (aunque para alguien que acaba de empezar, incluso una prueba de 5 kilómetros puede ser un riesgo dependiendo de cómo se la tome).
Este “boom”, esta moda, ha hecho que medias maratones, maratones y ultras se hayan convertido en los inmediatos retos de estos nuevos corredores, suponiendo un enorme riesgo para su salud.
Hay que ser realista con la condición física de uno, e ir paso a paso como si estuviéramos subiendo una montaña…sin prisa, pero con seguridad y cabeza…aplicando ese proverbio chino que dice: “Escala la montaña como viejo para acabar como joven”.
Muchas veces he escuchado, por parte de “noveles” comentarios del tipo de…” voy a correr tal o cual maratón porque dan seis horas para acabarla”, o “¿por qué en la media maratón no se amplía el tiempo de cierre de carrera a dos horas y media o más?” ….
Pues bien, aunque pueda parecer un “aguafiestas” soy de la opinión que hay que poner topes de cierre de carrera coherentes (la federación ya los marca, por cierto), no abrirlos indiscriminadamente con la intención de conseguir más inscritos, aunque ese sea el fin de muchas empresas organizadoras, y aunque , el siguiente comentario pueda parecer duro…si no estás capacitado para acabar una prueba en el tiempo que se marca….no te inscribas y márcate como objetivo el prepararte para el año siguiente para correrla con garantías.
O si en la propia carrera ves que no vas a poder con ella, no pasa nada, para, súbete al coche o autobús escoba, descansa y la siguiente seguro que la prepararás mejor y la acabarás.
Y, sobre todo, de hecho, creo que debería ser obligado, antes de empezar, o cuando ya lleves un tiempo practicando deporte…una prueba de esfuerzo, nunca está de más.
Como todo en la vida…es simplemente, sentido común.
Esto es, como he dicho desde el principio, sólo mi visión y opinión personal, al final de todo, cada uno somos un mundo y una forma de pensar y actuar totalmente diferentes.
Y para finalizar, voy a tomarme la licencia de aprovechar este “escaparate” que me han brindado los amigos del blog “Entre Rimayas” para publicitar mi libro “100×15” que edité y publiqué el pasado 1 de abril en el que cuento mis sensaciones, experiencias y anécdotas de las 100 medias maratones que he disputado en 15 años, durante 432 páginas aderezadas con multitud de fotografías que lo hacen, por lo menos así me lo han transmitido muchos lectores, muy entretenido. La primera edición se agotó en una semana y la segunda está también a puntito de terminar. Si os interesa podéis entrar en el blog www.100×15.blogspot.com donde encontraréis toda la información u os ponéis en contacto conmigo personalmente.
¡Gracias por aguantarme!
Fernando Torres Chavarría